La nueva forma de trabajar en las empresas es la colaboración, el concepto trabajo va ligado a la palabra equipo. La asociación vive un momento dulce en el que todos quieren estar con los mejores. Esta idea da lugar al denominado coworking, que ayuda a la innovación tecnológica, de procesos, calidad y, en realidad, en cualquier apartado dentro de una empresa.
El coworking, para alcanzar esa innovación deseada, lo que hace es reunir a un grupo de trabajo en el que cada componente sea un experto en un campo determinado. De esta manera, todos aportan valor al grupo y a las ideas que surgen. Así, el capital humano en los grupos de trabajo es rico y variado.
El fundamento principal al que se acoge el coworking es la adaptación al cambio, pues diversas mentes preparadas en diferentes sectores tendrán más probabilidades de resolver un problema que no sabrían solucionar individualmente.
Otra gran ventaja que proporciona esta manera de trabajar es que se consigue implementar un sistema jerárquico horizontal, en el que nadie es más que nadie y en el que todos aportan sus capacidades y conocimientos. En toda ocasión, lo que se pretende es generar una dinámica, una maquinaria de trabajo colectivo y colaborativo.
También el coworking ayuda a rebajar los costes en personal, en lugar de montar varios departamentos especializados (con lo que lleva en contratación de plantilla) se organiza un ‘gabinete’ de especialistas que se ayudarán los unos a los otros y participarán en la misma idea.
Aunque en España aún solo consideran un 55% de los trabajadores el coworking como herramienta de trabajo indispensable, cada día se acerca más respecto al 72% europeo. Al final, todas las empresas se darán cuenta de que con el coworking se impulsa mejor una industria, un mercado o un producto o servicio.
